Cuando mi tía llevó a mi ahijado donde el médico para que lo examine por su falta de peso, éste pregunta si se le alimenta con biberón o con el seno materno.
- "Seno materno"- responde mi tía.
- "Por favor -dice el doctor- descúbrase los pechos".
Mi tía obedece y el médico toca, aprieta, palpa y oprime ambos pechos, en un examen muy detallado. Al finalizar le dice:
- "Con razón el niño pesa poco señora, usted no tiene leche".
- "Ya lo se- le contesta ella- soy su abuela... ¡¡¡pero estoy tan contenta de haber venido!!!"
Hemos tratado de diferencia desde hace bastante tiempo los conceptos de "cliente" y de "consumidor" en el estudio de mercado de un proyecto de inversión, considerando al primero como quien compra y al segundo como quien usa. No es trivial preocuparse de este tema, por cuanto para estimar la cantidad a vender es necesario preocuparse complementariamente de ambos. Un bebe, por ejemplo, es un consumidor y debe estudiarse la tasa de natalidad y la tasa de prevalencia de las patologías pediátricas, entre otras, si se evalúa la instalación de una clínica pediátrica. Pero el verdadero cliente es quien decide a qué establecimiento asistencial o a qué médico va a recurrir para atender al bebé. En este caso, se estudiarán las variables motivacionales, las aprehensiones, la disposición a pagar, etcétera.
Ninguno de los dos es suficiente por si sólo, aunque incluso profesores de marketing tienden a usar ambos conceptos como sinónimos.
- "Seno materno"- responde mi tía.
- "Por favor -dice el doctor- descúbrase los pechos".
Mi tía obedece y el médico toca, aprieta, palpa y oprime ambos pechos, en un examen muy detallado. Al finalizar le dice:
- "Con razón el niño pesa poco señora, usted no tiene leche".
- "Ya lo se- le contesta ella- soy su abuela... ¡¡¡pero estoy tan contenta de haber venido!!!"
Hemos tratado de diferencia desde hace bastante tiempo los conceptos de "cliente" y de "consumidor" en el estudio de mercado de un proyecto de inversión, considerando al primero como quien compra y al segundo como quien usa. No es trivial preocuparse de este tema, por cuanto para estimar la cantidad a vender es necesario preocuparse complementariamente de ambos. Un bebe, por ejemplo, es un consumidor y debe estudiarse la tasa de natalidad y la tasa de prevalencia de las patologías pediátricas, entre otras, si se evalúa la instalación de una clínica pediátrica. Pero el verdadero cliente es quien decide a qué establecimiento asistencial o a qué médico va a recurrir para atender al bebé. En este caso, se estudiarán las variables motivacionales, las aprehensiones, la disposición a pagar, etcétera.
Ninguno de los dos es suficiente por si sólo, aunque incluso profesores de marketing tienden a usar ambos conceptos como sinónimos.